Cita Zubizarreta-Luis Enrique en Gavá
Al gazpacho de este final de temporada le faltaba algo así, una reunión en Gavá (bonita localidad a las afueras de Barcelona, donde es frecuente que jugadores del Barça de esta y otras generaciones compren casa) entre Zubizarreta, acompañado de dos adláteres, y Luis Enrique, todavía entrenador del Celta. El Celta juega contra el Madrid el domingo. El Barça necesita que el Madrid deje de ganar un partido, y Vigo puede ser el lugar. ¿De qué hablaron? ¿Se estaban repartiendo ya las túnicas de Martino, que aún puede salir campeón de Liga, o de incentivos al Celta para el domingo?
Si una cosa, mal; si la otra, peor. Y algo les tuvo que fallar en el montaje de la cita si Cuatro, laSexta, la SER y el diario Sport la sorprendieron y grabaron imágenes a la salida. Con ese encuentro, Luis Enrique queda regular tirando a mal, Martino resulta ninguneado y Zubizarreta confirma su afición a caminar como el pato patagónico: cada paso, una cagada. Tengo buenos amigos en Barcelona que me aseguran que Zubizarreta no es tan torpe como me lo represento, pero por más que busco argumentos para asentir con ellos no lo consigo. Miro cómo estaba el Barça y cómo está... Y ahora, esto.
Más vinagre para este gazpacho del final de Liga, en el que cada cual echa sus cuentas. Las de los apostantes van con el Atlético en primer lugar, luego con el Madrid y finalmente con el Barça. Pero bastaría con que el Madrid empatara en Valladolid para que el Barça saltara al papel de favorito, porque dependería de sí mismo y se reactivaría, siempre y cuando consiguiera rehacer el prestigio de Martino ante el grupo de jugadores, algo a lo que no habrá contribuido la maniobra de ayer. Una cosa es no creer en clavos ardiendo y otra meter la marcha atrás cuando todavía nadie ha llegado a la meta.