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Raúl García, el gol que llega de atrás

Centro de Gabi y Raúl García que se adelanta y mete la cabeza sobre la salida de Guaita. Un gol más del centrocampista navarro, jugador con cierto aire de delantero centro de viejo cuño, pero que ha hecho carrera en posiciones más retrasadas. Empezó ahí y ahí sigue. Su físico y su remate me recuerda a arietes batalladores de mis primeros años de aficionado, algunos ya olvidados, como Solabarrieta, Sabino, o Iribarren. Pero él no juega dentro del área, esperando y pegándose, como aquellos hacían, sino que aparece por sorpresa, llegando de segunda línea, y saca provecho de su remate.

Con ese solitario gol, el Atlético arranca otra hoja del calendario. Le quedan tres partidos y derecho a un fallo: la visita al Levante, el Málaga en el Manzanares y la visita al Barça, que ayer habríamos descontado de no conseguir los culés el vuelco en el marcador, favorecido por el golpe de viento de esos dos autogoles. Pero el Barça no se rinde, se apunta al Clavo Ardiendo con el recuerdo de Tito como nuevo estímulo. Por cierto, un cafre le tiró un plátano a Alves en El Madrigal, estadio al que Tebas dedicó hace poco un homenaje a mi juicio exagerado por evacuar ordenadamente. Veremos qué pasa ahora.

En fin, quedan tres jornadas, cuatro para el Madrid, que tiene colgada su visita a Valladolid (será el día 7) y tres en carrera. El Atlético está delante y por ello es cada día más favorito. El Madrid va como un avión, le vemos más que capaz no ya de ganar, sino de ganar holgadamente los cuatro partidos que le restan. Al Atlético le cuesta más, le cuesta mucho, va ganando por un gol, pero gana y gana y gana. Ha salvado dos escollos tremendos, San Mamés y Mestalla. Cada semana que pasa es un poco más favorito, obviamente. El Barça hace lo que debe: pelear y estar al acecho. Gran final de Liga.