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Plaza mayor

Semana Santa culé

Culminado el Tatacrucis, Martino recuperó el pulso ayer domingo, como manda la tradición. La normalidad vuelve a Can Barça: el Barcelona gana, Messi marca y Alexis falla. Zubi recupera su candor infantil y Bartomeu regatea su primera pañolada. Ya no hay crisis, ni fin de ciclo. Los pajaritos cantan y las nubes se levantan. Hasta el próximo fin de semana.

Gol de Bale

Gareth Bale, el purasangre de Mestalla, podría competir en el próximo Grand National (treinta obstáculos tipo Bartra). Lo que todavía se desconoce es la montura. Butragueño, de innegable parecido con el mítico Carudel, es quien tiene más posibilidades de ser el jockey. Además, está en el peso (mosca). Pardeza, Manolo Redondo y Florentino son otras opciones ligeras y aerodinámicas.

Decadencia chic

Pantalón Cantinflas, corbata Luis Aguilé, deportivas sin calcetines y la gorra del Príncipe de Bel Air. Así se presentó Neymar en Valencia, mitad moderno, mitad mariscador del berberecho. Lo suyo es otro síntoma de la decadencia del Barça. Recuerden que todo esto comenzó con Guardiola vestido de Toni Miró, zapatos Gucci y cárdigan de Prada. El polo pistacho nos ha traído hasta aquí.

Messi, en la Copa

La Pulga está triste, qué tendrá que está gruesa, los suspiros se escapan de su zurda de fresa, que ha perdido la Liga, que ha perdido el Balón, la pulga está pálida en su bota de oro, está en duda la renta de su insigne decoro, y en un vaso, olvidado, se evapora otro gol. Diagnóstico: o Messi tiene gases o quiere un aumento (quizá ambas cosas). Nota: perdónenos Rubén Darío, insigne ariete.

Bien por alto

Casillas, segundo portero del Real Madrid, conquistó en Mestalla el 22º título de su carrera deportiva, incluidas dos Champions, cinco Ligas, dos Copas, un Mundial, dos Eurocopas y demás fruslerías. En la última Copa, como en los trofeos anteriores, ha vuelto a combinar el talento con la providencia, el instinto con el ángel (pregunten a Neymar). Para que luego digan que Iker va mal por alto. Ateos.

Y ahora, Champions

El Chelsea y el Bayern coincidirán mañana en Madrid para disputar sus partidos de Champions. Será el momento de recluirlos en el Corral de la Morería y pedir rescate. Los alemanes serán entregados a cambio del Trofeo Bernabéu de 1979 y de la zurda de Robben. Los ingleses serán liberados si renuncian a Courtois y a la Alcudia mallorquina. Sólo eso.

El fugitivo

Mourinho ha perdido la Premier por los árbitros, como ya perdió algunas Champions, varias Copas y ciertas Ligas, en general, todos los torneos que no ha ganado. Como saben, Mou es víctima de una conspiración promovida por el piperismo masón y el casillismo marxista. Suerte que vino al Madrid para iluminarnos y para conseguir en su primer año lo mismo que ha logrado Ancelotti en abril.

No faltaba, sobraba

La pasada semana, Ferrari despidió a Domenicali, su entrañable jefe de equipo, y nombró en su puesto a un ejecutivo que vendía Ferraris en EE UU, un tal Marco Mattiaci, un tipo sin experiencia en la Fórmula 1. Bien, pues el resultado ha sido inmediato: podio de Fernando Alonso. El siguiente paso es encontrar a alguien sin carnet para hacerse cargo de la telemetría (gusta Manolete).

La frase:

Paco Jémez: “Ahora tenemos que exigirnos más”

Llegar a la luna, próximo objetivo del Rayo.