Este Atlético se siente capaz de todo

“¡Derrochando coraje y corazón!” El Atlético interpretó su himno con las botas puestas, el balón sobre el césped y el Barça enfrente. Fue una noche gloriosa, que arrancó con veinte minutos mágicos en los que produjo un gol y llevó tres veces el balón al palo, y continuó con un esfuerzo continuo, consciente, bien programado y perfectamente cumplido. Enfrente, el Barça no pudo hacer otra cosa que descender un peldaño más en su regreso del gran sitial en el fútbol que ha ocupado estos años. Llevaba seis temporadas seguidas llegando a semifinales de la Champions. Ahora se queda fuera.

Simeone buscó el partido creando una brecha en la izquierda de la defensa barcelonista, donde mandó a Raúl García. Allí le mandaban balones aéreos, que siempre ganaba frente a Jordi Alba y Mascherano. Adrián y Villa, cerca, aprovechaban el rechace. Por ahí llegaron los problemas para Pinto, al que los palos salvaron de una rápida goleada. Pero más allá de ese boquete, el Barça perdía en los rebotes, en las segundas jugadas. Cuestión de colocación y de intensidad, a partes iguales. Entre este Barça que vuelve y este Atlético que va, ayer se despejaron las dudas tras cuatro empates: el Atleti ya es más.

Tan fuerte ha llegado a ser el Atleti que redujo al Barça a una estrategia de pelotazos al área. Su reputado juego combinativo, su paciencia para buscar el pase al hueco, se convirtieron en insistencia de Alves en balonazos al área, en busca de algún improbable cabezazo. Y hubo dos claros, de Messi y Neymar, pifiados. No es su especialidad. Y hubo un buen pase profundo de Xavi a Neymar, que Courtois rebañó in extremis. En eso quedó el Barça, borrado por el entrusiasmo y la perfecta organización de un Atlético sin Diego Costa, pero pleno de convicción y coraje. Un equipo que se siente capaz de todo.