Tres grandes que ni dan ni piden cuartel

Aquí nadie da ni pide cuartel. Los tres, Atlético, Barça y Madrid, saben que están condenados a ganar o ganar, y ayer lo hicieron. La diferencia es que el Atlético y el Barça sufrieron en casa, mientras el Madrid dio una sensación de gran poderío en Anoeta, en especial en la segunda parte, en la que hizo tres goles y reventó dos balones en el larguero. Arrancó mal, hasta que se hizo a la idea de que no tenía a Cristiano y empezó a manejar el balón más de lo que suele. Eso ocurrió en torno a la media hora de juego. A partir de ahí fue a más y completó un resultado espectacular, impresionante. Y merecido.

Al Madrid ya sólo le quedan dos salidas, a Valladolid y Vigo, y cuatro partidos en casa. Y ha recuperado la sensación de poderío. Pero depende de otros, particularmente del Atlético, que está delante y tendría que pinchar dos veces para que el Madrid le adelantara, en el supuesto de ganarlo todo. El Atlético sufrió ayer mucho, ganó por un gol con falta, se sintió muy huérfano sin Diego Costa. También le faltaron Arda y Gabi. Además, al grupo se le vio cansado. Pero este Atlético es un resistente nato, recuperará a los lesionados, las hojas del calendario van cayendo y sigue ahí. Sigue, sigue y sigue...

En cuanto al Barça, el vacío atrás resulta alarmante. También pasó las de Caín ante el Betis, que está prácticamente descendido pero mantiene una entereza ejemplar. La baja de Piqué deja el sistema defensivo del Barça convertido en una película de terror, y tampoco Pinto es Víctor Valdés. Piqué tardará más en volver que Diego Costa. Messi se tapa con su clase estratosférica, pero trabaja ya demasiado poco. Juega andando, mete algunos pases clarividentes y los penaltis de turno. Pero el Barça necesita más de él en estos días en que el equipo juega con el vacío a la espalda. A ninguno de los tres le sobra nada.