La cantera juega con el corazón

Orgullo de cantera; orgullo de chavales, con nombres y apellidos; orgullo de Real Madrid y orgullo de Ramis, el entrenador victorioso. El triunfo de París se fraguó con los valores clásicos del escudo blanco: calidad y capacidad de sufrimiento; gallardía y humildad. El Juvenil (con mayúsculas) respondió a la expectativa aguantando la embestida de un PSG de altísimo nivel, digno rival de la escuela francesa, con jugadores técnicos, rápidos y valientes. Pero enfrente se encontraron a los irreductibles cachorros madridistas, que ni siquiera se rindieron cuando injustamente Míster Petr Ardeleanu mostró la roja a Héctor en el 55’. Al contrario se vinieron arriba para marcar el gol de la victoria en el 72’.

En la grada lo vieron Zinedine Zidane y Laurent Blanc. Zizou disfrutó por dentro, aunque alguna vez se emocionó, porque ayer fue más madridista que francés: el 10 del Madrid era su heredero Enzo, y la sangre tira mucho. Blanc, entrenador del PSG profesional, tomó buena nota del genio madridista que mostraron los chicos de Ramis hasta el último aliento. Eso no es de escuela ni tampoco se compra, eso sale del corazón.

El Madrid juvenil honra a La Fábrica con este triunfo que le sitúa en la semifinal ‘a cuatro equipos’ de Nyon. Los cachorros saben que la Champions, en cualquier categoría, es la palabra mágica en el club del Bernabéu. Hay que pelearla, hay que sudarla y hay que ganarla. En París han estado a la altura de lo que exige la historia blanca. Enhorabuena.