Un Atlético rehecho y un Madrid líder

Derbi tremendo, con alternativas, con expresión de dos estilos diferentes, con pasión en la grada y con reproches al árbitro. El más serio, un penalti de Sergio Ramos sobre Diego Costa, al poco del rapidísimo y exquisito 0-1 de Benzema.  Eso dio paso a una fase enfurecida del Atlético ante la que no se achicó el Madrid, y el partido se encanalló tanto que pareció embarrancar. Pero luego se moderaron algo (solo algo) los ánimos y por fin apareció el partido, que se jugó en los términos que dispuso el Atlético, con superioridad en el medio campo y más energía en los balones divididos.

Así vimos una larga fase de superioridad atlética, plasmada en goles de Koke, en sensacional tiro cruzado desde cerca, y de Gabi, el de éste potente pero lejano. Un gol al borde del descanso que hizo saltar en tromba en ‘twitter’ a los añorantes de Casillas, generalmente más prudentes que ese ‘mourinhato’ residual que nunca entierra el hacha. El gol, al borde del descanso, dejó malparados a Diego López y al Madrid, que al regreso del descanso siguió por debajo del Atlético hasta que Ancelotti entendió que, ya que no en intensidad, en juego sí podía ser superior al Atlético. E hizo los cambios debidos.

Salieron los laterales ofensivos por los defensivos, salió Isco por Di María. Justo cuando al Atlético empezaba a faltarle el aire. Y aunque aún hubo un par de contraataques heroicos de Diego Costa (¡qué delantero, qué suerte tenerle con nosotros!), el partido ya fue del Madrid, que volcó el campo sobre Courtois. Como el Atlético se batió como gato panza arriba, la cosa quedó en un solo gol, el 2-2, de Cristiano. Empate bueno para el Madrid y que al Atlético le vale para seguir en carrera y con el ‘goal average’ favorable. Sabor de derbi de viejos tiempos, de fútbol macho, de emoción y de culpas al árbitro...