Seguimos donde estábamos
Acabaron los Juegos de Sochi. Con más países participantes (88), con más deportistas (2.900) y con más competiciones (98) que nunca. También, los más caros (40.000 millones de euros). Por nuestra parte, desaparecidos en el medallero. En este sentido, como si no hubiéramos participado. Podemos entrar en detalles: que Javier Fernández, casi, que si Lucas Eguibar, Queralt Castellet y Carolina Ruiz no se llegan a caer... Pero como no viene al caso hacer victimismo, estamos donde siempre: en el furgón de cola de los deportes de invierno, pese al optimismo de nuestros dirigentes. Tampoco hay que tomárselo a mal. Casi toda Europa ha subido al podio, pero es la Europa que vive con rigor los inviernos. No es nuestro caso.
En España sólo nieva en las montañas, y las estaciones de esquí se han hecho como negocio, no para competir. No procede, por tanto, rasgarse las vestiduras por volver de vacío. Y una cosa es caerse por arriesgar en pos de una medalla que de otra manera estaría muy difícil, y otra es llevar gente a hacer bulto, que es lo que solemos hacer en estos Juegos. Ejemplo: Mirambell, 26º de 27 participantes; Lobo, 84º de 87; Raya, 25º de 30; Herrero, 33º de 39. Si el COI o Rusia pagan el viaje y la estancia de los palmeros, allá ellos, pero si lo tenemos que pagar todos, es otra cuestión. Algo, por cierto, nunca suficientemente aclarado. Bueno sería saber a cuánto nos ha salido cada deportista en estos Juegos Olímpicos de Sochi.