Alarma por el retraso de la nueva ley

El mundillo del fútbol está progresivamente inquieto con el retraso de la Ley del Deporte Profesional. Bueno, el mundillo del fútbol menos el Madrid y el Barça, a los que ya va bien que el asunto se retrase. Si los demás están inquietos es porque esperan de esa ley que los derechos de televisión se vendan por fin colectivamente, y que el texto fije un tope en el reparto de los derechos. Un tope fijado en la relación de 4,5 a 1 entre los mejor pagados y los peor pagados. Ahora la escala es mucho más abierta. Madrid y Barça triplican a Atlético y Valencia y decuplican a los peor pagados.

Y, claro, como se esperaba que la ley entrara en trámite parlamentario en el primer trimestre de 2013, a todos se les hacen ya los dedos huéspedes. Se junta el poder de influencia del Madrid y el Barça y la idea madre de que cuanto más ricos sean ellos dos y mejores jugadores tengan más caros serán los derechos de venta para el extranjero y de la suma de dos y dos salen cuatro. A muchos les desespera el retraso. Esperaban la venta conjunta, sus contratos actuales finalizan en junio de 2015 y se temen que la venta centralizada ya no llegue, si es que llega, hasta la 16-17. Queda un año de vacío.

Ese año es muy difícil de vender por parte de muchos. Y ese vacío les dificulta su cada vez más difícil entendimiento con los correspondientes bancos. Mientras Tebas habla de piratería (buena causa contra la que luchar, sí) ellos se encuentran ante un problema mayor. Y temen que el Gobierno esté dudando. Que la idea de acortar las distancias entre ricos y pobres esté dando paso a la de prolongar en el tiempo la sobreprotección a los dos grandes, como locomotoras del conjunto. Todo es discutible y defendible, pero lo que no cuadra es el silencio de que se está rodeando este retraso.