La suerte se alió con el jugador

Ayer estábamos viendo las imágenes del partido con el profesor Ruiz Ocaña, el mas prestigioso neurocirujano español, y coincidíamos plenamente en que la suerte en esta ocasión se ha aliado con el jugador. Las imágenes son impactantes. Coincidíamos en que en la inmensa mayoría de las ocasiones un traumatismo de estas características, produce un estallido vertebral, con o sin luxación acompañante y desde luego con gran afectación del cordón medular, que en esa altura, a nivel de C7, las implicaciones neurológicas habrían sido imprevisibles y en muchos casos irreversibles. Los vectores de fuerza en milésimas de segundo, se dispensaron de tal forma, que al final sólo cedió un pequeño segmento de la lamina vertebral, provocando una fractura sin desplazamiento.

El tratamiento en estos casos es la inmovilización rígida por espacio de un par de semanas y posteriormente, dependiendo de los resultados de las pruebas radiológicas que se vayan haciendo, determinarán si la inmovilización es de cuatro o seis semanas. Una vez retirada la inmovilización viene el período de rehabilitación y posteriormente de recuperación con aumento progresivo de la carga de trabajo. Y teniendo en cuenta que en el fútbol también se juega con la cabeza, donde hay múltiples microtraumatismos que se reciben en el transcurso de un partido y que se transmiten a lo largo de la columna cervical, habrá que ir con mucha precaución hasta dar el alta médica. Un pronóstico de tres meses, para este tipo de lesiones, no nos parece un tiempo exagerado.