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El equipo sabrá asumir el toque de atención

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El partido a partido conlleva fuera euforia en la victoria y amnesia en la derrota, aunque pienso que la del Bernabéu el miércoles hay que tenerla en la memoria y presente de ahora en adelante. Un equipo con hambre y humilde como el del Cholo sabrá asumir el toque de atención de la derrota en la Copa del Rey. Se veía en las caras de los aficionados blancos en los prolegómenos, les visitaba uno de los rivales de este año, el ejército de Simeone ya no es catalogado como el vecino simpático. En el césped había una prolongación de las gradas, unos jugadores madridistas heridos en el orgullo, con un resquemor y resentimiento que les hizo salir desde los primeros compases con las pinturas de guerra debajo de sus ojos.

Los blancos, que al contrario del Atlético no necesitan para ganar sus partidos entrar en reserva, gastaron hasta la última gota de gasolina. Realizando un partido completo, coordinados los diez en la presión sin abdicar nadie y con continuidad. El Cholo había dispuesto a Koke, Diego y Arda para protestarle la pelota a Modric y a Xabi Alonso, pero no supieron proteger la posesión y se vieron superados en anticipación por los de Ancelotti. En la versión original del Atleti la falta de un stopper, léase Tiago o Mario se hace indispensable, aparte del alivio y desahogo que supone tener a un futbolista con la influencia ofensiva de Filipe Luis, un lateral izquierdo que muchas veces supone una autopista para los rojiblancos en su carrera por llegar a la portería del rival. El Atlético se vio sorprendido por las pinturas de guerra de los madridistas y, aunque en algunos gestos, léase la mocada de Pepe o el pisotón valiente de Arbeloa, empañaron su gran partido (y dejémonos ya de valores, que esos y guasa tienen todos los equipos del planeta tierra), el Real Madrid fue merecedor de la victoria.

La mayoría de las veces, en igualdad de intensidad gana la calidad. Un ejemplo fue Di María, destacado en encuentros de agitación y sufridor en los pausados, no es de extrañar que sea uno de los elegidos por el míster italiano del Madrid. Mientras Ancelotti sueña con ver siempre en sus jugadores las señales de batalla que observó el miércoles en sus ojos, los del Cholo deben pensar en su lema, teniendo sólo presente el próximo partido del Almería, pero esta vez sí recordando el anterior. Sin amnesia sobre el último jugado. El equipo demostrará en Almería que sólo es un tropiezo y no un batacazo.