Impuestos en el baloncesto

Hoy es el día para que se complete el cuadro del Mundobasket que se celebrará en España a partir del 30 de agosto. Lo disputarán 24 equipos, de los que se conocen 20, aquellos cuyos méritos deportivos les hicieron ganar en su día una plaza en el campeonato, más España, que tiene plaza segura por ser el anfitrión, aunque en su caso los méritos que acumula son harto conocidos. Las cuatro plazas que quedan se otorgan a dedo, y ahí viene el problema. Gianni Petrucci, presidente de la Federación Italiana, puso el dedo en la llaga: “No puede ser que a los equipos no se les mida por los rankings, sino sólo a través de una puja económica”. Habló de que había que pagar 830.000 euros, bastante más de los 500.000 que teóricamente se ponen de salida.

El baloncesto es muy dado a hacer cosas nada deportivas. Lo vemos aquí: no es normal que a la Euroliga vayan cuatro equipos fijos, sea cual sea su clasificación, y tampoco es normal que nadie descienda porque quienes tienen que subir no pueden pagar la tasa de ascenso inventado por la ACB. El baloncesto se rige así por cánones revolucionarios que desvirtúan la competición, y nos podemos encontrar en el Mundobasket con Turquía y Rusia, por ejemplo, cuyas selecciones quedaron en los puestos 17º y 21º, respectivamente, en el Europeo que era clasificatorio para este Mundial, mientras que Italia se clasificó en el 8º. El criterio económico no es el único que aplica la FIBA, pero debe de ser importante. Por cierto, esto en fútbol sería un escándalo.