Un Mundial más que justificado

Las aspiraciones de Madrid a ser ciudad olímpica se zanjaron, pero dejaron una amplia resaca cuyos efectos vamos a seguir notando este año en forma de Mundiales. Uno de los puntos en los que se apoyó la candidatura fue en pedir a las federaciones que solicitaran todos los campeonatos posibles; nos concedieron unos cuantos. Algunos ya se celebraron, como los de balonmano y natación, mas aún nos quedan por organizar cuatro, de deportes también olímpicos: baloncesto (30 de agosto al 14 de septiembre), tiro (6 al 20 de septiembre en Granada), vela (8 al 21 de septiembre en Santander) y ciclismo (21 al 28 de septiembre en Ponferrada). El que mejor se va a rentabilizar salta a la vista: el de baloncesto.

España, a nivel de selecciones, se ha convertido en una potencia en el baloncesto, y celebrar el Mundial aquí está justificado. Una final Estados Unidos-España paralizaría el país. Se sueña con ella y, además, ganarla. El factor campo siempre influye, y se trata de una ocasión única. Lo comprobamos con la final del Mundial de balonmano, cuando goleamos a Dinamarca, y cuando la Selección femenina de waterpolo se tomó la revancha de los Juegos. Ahora, una generación de jugadores quizá irrepetible tendrá la oportunidad de despedirse ante su público. José Luis Sáez les ha dispuesto el mejor escenario posible. Se lo tienen merecido, porque ellos son quienes han levantado el baloncesto. Será el momento de darles las gracias.