A la Copa, con ocho derrotas
Termina la primera vuelta de la Liga de baloncesto con la habitual incertidumbre, aunque esta vez relativa, de saber qué equipos completan el cuadro de la Copa, junto al Madrid, Valencia, Barcelona, Unicaja y Gran Canaria. En este caso son teóricamente cinco equipos para tres plazas, aunque contar con el Cajasol para una de ellas se debe a una simple cuestión matemática, puesto que sus posibilidades de clasificación resultan inverosímiles. Quedarían entonces cuatro equipos, y tres de ellos dependen de sí mismos, con lo cual el CAI queda a la espera de que Baskonia, Tenerife o Gipuzkoa fallen, algo poco probable, porque el calendario ha querido (aunque se trate de un calendario dirigido) que se enfrenten a rivales de la parte baja de la clasificación.
Esta es, pues, toda la emoción que desprende la clasificación para la Copa, una competición en la que se puede entrar después de haber perdido hasta ocho partidos, casi tantos como los ganados. Está el caso del Baskonia, un grande que sigue vivo pese a estar realizando una temporada espantosa. Después de tirar la casa por la ventana y fichar a Scariolo, ya ha perdido no sólo con todos sus teóricamente rivales directos como el Madrid, el Barcelona o el Valencia, sino que también lo ha hecho con el Cajasol, el Joventut, el Bilbao y el Tenerife. Pese a ello, si hoy gana es aspirante a la Copa y nadie duda de que incluso a la Liga. Con unos sistemas de competición tan generosos, nunca hay crisis. ¿Entienden ahora por qué los clubes no quieren cambiarlos?