Cristiano pone al Madrid el primero
Bueno, pues el Madrid se acostó en primera posición. Quizá no dure mucho, es casi imposible que hoy repita, pero hay algo de psicológico en eso, algo que debe afectar por fuerza a sus rivales en lo más íntimo. Se acuesta líder, claro, gracias a Cristiano, que abrió el marcador y estuvo en el segundo gol, al adelantarle a Marcelo un balón que él mejoró hasta acabárselo poniendo de dulce a Benzema. Antes de eso, justo al borde del descanso, Cristiano ya había sacudido el Bernabéu con una chilena gloriosa, a la que respondió Roberto con un paradón a la altura del remate. Cristiano, Balón de Oro. Claro que sí.
Porque de ese modo empezó el partido, con Cristiano ofreciendo el Balón de Oro a un estadio que se cubrió de cartulinas doradas salvo un espacio lateral en el que en negro ponía ‘CR7’. Magnífico. Luego él levantó el balón, lo ofreció a los cuatro puntos cardinales y finalmente posó con él junto a todo el equipo y Herrerín, lo que equivalía a meter en el éxito a todos los empleados del club. Fue bonito y sencillo de verdad. Pero luego, ya está dicho, se aplicó a lo suyo, una vez más. Sus acciones sacudieron a un Madrid amodorrado en la primera parte. Y en la segunda sacudieron también el marcador.
Amodorrado en la primera parte, decía, porque el Granada jugó muy bien. Con soltura, con valentía, tocando. En buenas fases se hizo dueño del campo y del balón, consiguió que el Madrid se encontrara extraño. Pero no remató. Ni bien ni regular ni mal, no remató. En parte, hay que decirlo, porque Sergio Ramos y Pepe están enormes, y en general el entramado defensivo se ha asegurado. El Madrid sí remató, en especial en la segunda parte. Roberto paró un rato, pero tuvo que dejar pasar dos. Puede irse satisfecho, cumplió. Como el Granada, que cumplió también. Ganó el Madrid porque tiene a Cristiano.