Nani Roma, un ganador en toda ley

Cuando Peterhansel, viejo zorro de las carreras, fue consciente de que no iba a ganar el Dakar 2014 decidió cubrirse las espaldas enrareciendo el ambiente en Mini. Sacó entonces a relucir las órdenes de equipo que él conoce diría que mejor que nadie, puesto que en tantas ocasiones le han beneficiado, lo mismo que a otros muchos vencedores de la gran prueba desértica. Que el piloto mejor colocado en la competición, el merecedor del privilegio del triunfo final, conservaría su posición en beneficio de los intereses de la escudería no fue algo que el francés descubriera en ese instante, estaba así estipulado incluso antes de que los motores se pusieran en marcha. El problema fue que en sus cálculos nunca entró que quizá ese ganador no fuera a ser él...

Peterhansel no arruinó su Dakar por la decisión del equipo, se le escapó en una primera semana de competición en la que se mostró incapaz de plantar batalla a Nani Roma. Y no es que el francés haya perdido de repente su velocidad o capacidad (ya lo vimos después), es que el español estuvo inspiradísimo para posicionarse como líder del proyecto Mini... y ya digo que es lo que no se esperaba su rival. A partir de ese punto los acontecimientos cobraban una nueva dimensión, Nani quería jugar con las reglas que se habían aceptado pero que ya no le gustaban a Peterhansel. Así que sólo le quedó el recurso de la pataleta, de renegar de una estrategia que precisamente tanto le había ayudado a él años atrás. Porque ese Dakar ya tenía otro dueño... y se llamaba Roma.