Laia supera todas las expectativas

Los triunfos de Laia Sanz en el trial femenino han dejado de impresionarnos por su frecuencia. Su superioridad entre las chicas resulta tan manifiesta que nos lleva a considerar sencillo lo que no lo es, ganar nunca es fácil. Lo cierto es que incluso ella necesitaba nuevos desafíos, motivaciones diferentes, así que decidió probar fortuna en el Dakar, nada menos que la carrera más dura del mundo. No hablamos ya de una competición de mujeres, sino de uno de los grandes retos del deporte del motor que no conoce de sexos: el desierto no perdona y se muestra igual de cruel con todos. Y en estos últimos cuatro años la catalana ha ido de menos a más, siempre sorprendiéndonos hasta llegar a la admiración, casi la incredulidad, con su actuación en 2014, sencillamente espectacular.

Ella misma explicó que su objetivo era acabar entre los 25 primeros. De nuevo, ganar entre las chicas se daba ya por asumido, así que Laia quería ir un paso más allá en su evolución. No sólo lo ha hecho sino que ha superado todas las expectativas. Ha demostrado que lo suyo ya no es una anécdota (nunca lo fue) y lo ha hecho en el recorrido más devastador de cuantos se han planteado en Sudamérica. Su plaza final resulta increíble y su rendimiento ha estado muy por encima de lo que quizá ella misma esperaba. La nueva Honda ha acompañado, pero creo que la clave ha estado en su seguridad, su madurez, su experiencia, su confianza, un físico portentoso… Cualidades que seguirá potenciando y que hace difícil definir hasta dónde pueden llegar sus ambiciones.