La cuestión Özil escuece en el Madrid

El otro día salió a relucir en Carrusel, me parece que fue Valdano el que lo dijo: las dudas de Ancelotti en la zona de la media punta entre Isco y Di María agrandan la nostalgia por la baja de Özil. He ahí un buen jugador, que salió para dejar el dinero que hacía falta para complementar otros excesos, particularmente el de Bale, aunque no sólo ese. Por muchos amigos y banqueros con los que Florentino atiborre su inflacionadísimo palco, es difícil soportar una deuda de 540 millones. Di María, que tenía una valoración, no se dejó vender. Hubo que vender a Özil. Ahora, Di María sobra, él lo siente así. Y a Özil se le echa en falta...

Bale juega ‘de Di María’, o ahí es donde le ponen. ¿Y quién juega de Özil? Ancelotti aún no lo ha decidido y encima dice, o no dice, o dicen que no ha dicho, no sé qué cosa sobre Özil. Haya dicho lo que haya dicho o lo que sea capaz de desmentir, lo cierto es que a Özil le eligió Cristiano entre los tres mejores del mundo en su votación para el Balón de Oro, y que está entre los once mejores del año para los seis millones de internautas que han votado el equipo ideal. Son dos criterios a tener en cuenta. Haya dicho lo que haya dicho el bizcochable Ancelotti, la realidad es que ese jugador no le sobraba al Madrid, sino al revés.

Bueno estuvo fichar a Bale, siempre y cuando tuviera la espalda bien, cosa que los médicos del club sabrán. Buenos eran cincuenta millones para coadyuvar a sufragar tal fichaje. Pero visto hoy, con Di María medio amotinado e Illarra (cuarenta millones, ojo al dato) a la cola de un Xabi Alonso renovado, cabe preguntarse si hay un modelo programado o sólo el gasto, a tontas y a locas, del dineral de la tele. No me extraña que Ancelotti añore a Özil, pero me extraña aún menos que el Madrid se apresure a desmentir esa añoranza. Lo que va a resultar difícil será rectificar el voto de Cristiano y el de seis millones de internautas.