Quintanar, superagente contra el fraude
Ayer nos sorprendió la noticia de un nuevo cambio al frente de la llamada Agencia Española de Protección de Salud en el Deporte, antes Agencia Antidopaje. Se le suavizó el nombre, en una intención seráfica que no dejó de inquietarme. Mejor llamar las cosas por su nombre. El caso es que la Agencia la presidió hasta no hace mucho Ana Muñoz, mujer de brío, pronto elevada por Cardenal a número dos del CSD. En su puesto entró Manuel Quintanar, joven y prestigioso penalista. Ahora deja el puesto, antes de los cuatro meses, fichado por la Liga de Fútbol Profesional como ‘Director de Integridad’.
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Ha estado demasiado poco tiempo en el cargo anterior para juzgarle. Lo más relevante en este periodo es que la senadora Marta Domínguez ha seguido escurriéndose como una trucha por los riachuelos de Odriozola. El nuevo encargo de Quintanar es perseguir el fraude de partidos de fútbol, tema este que ocupa muchos desvelos de Tebas, cuyos palos de ciego hasta ahora en la materia han sido numerosos. Pero en la voluntad no cede. Ahora crea este puesto de ‘Director de Integridad’, donde quizá Quintanar pueda cortar las orejas que no tuvo tiempo de cortar en su breve estancia en el cargo anterior.
No sé. Algo me choca. La Liga es exactamente la asociación de los clubes que presuntamente compran y venden partidos. No sé cuántos se compran y se venden, me malicio que hay algunos, pero desde luego los responsables, muchos o pocos, están entre los que se reúnen en ese edificio. Claro, que también pueden presentarse como víctimas de sus propios jugadores, algunos de los cuales estarían prestándose a amaños de apuestas. Hasta ahora hemos visto más ruido que nueces en estas cosas. A ver si hay suerte y esta vez Tebas da con la tecla. Ya va siendo hora. ¿Y en el dóping? Pues vuelta a empezar.




