Mariano, el otro Balón de Oro
No había hecho más que terminar el partido en Almería y ya inundaba los teléfonos de Cantabria un montaje fotográfico con Mariano recibiendo el Balón de Oro, eso que ahora es tan importante. Nunca ganará el de verdad, por supuesto, pero anoche se ganó el corazón del racinguismo para los restos. Va a entrar en esa lista de futbolistas de fuera, Chinchón, Benito y unos pocos más, que tendrán para los restos la devoción del racinguismo. Y no por marcar el primer gol de ayer, que eso es anecdótico, sino por dejarse la vida, una vez más, defendiendo una camiseta que unos pocos, okupas los llamamos por aquí, están dispuestos a seguir mancillando.
El sábado escribí en AS, después del partido de Avilés, que ‘el esfuerzo de este futbolista es cada día más emocionante’. Elévenlo a ‘n’. Los hay mejores. Muchos. Incluso en Segunda B, pero en estos tiempos en los que el racinguismo está, unido, intentando acabar con un plaga letal, tener como estandarte a un buen tío, que se parte el pecho, que juega encantado donde le mandan, que dice que aunque no le paguen él va a seguir aguantando, que mete un golazo (el otro fue también muy bueno) y que, además, con la que se montó en el último partido en casa, dice en la tele que los de su afición son unos fenómenos..., es un honor. Mariano Superstar.