Una impresionante Vuelta 2014
La Vuelta ha conseguido lo más codiciado: que se hable de ella. Y lo más difícil aún: que generalmente sea para bien. La Vuelta ya no pasa desapercibida incluso para los no aficionados al ciclismo. La Vuelta ha conseguido una personalidad que no deja indiferente a nadie. El recorrido se espera con interés, y se llega a hablar más de cuántos finales en alto habrá que de qué ciclistas vendrán a correr. Pero este año tan importante va a ser una cosa como otra. Porque si al trazado, que como era de esperar no ha defraudado, se une la presencia de Contador, de Purito y de Valverde, el éxito está asegurado. Hace dos años no sabíamos de lo que eran capaces; sabiendo ahora la que pueden armar, las expectativas son aún mayores.
De nuevo los tres colosos de nuestro ciclismo ante un recorrido en su mejor versión. Hay de todo. Hasta una etapa que parece diseñada por el mismísimo diablo. Es la decimosexta, en Asturias. Con La Colladona (km. 16), El Cordal (68), La Cobertoria (84), San Lorenzo (125) y final en La Farrapona (158). Cinco puertos de primera consecutivos y 4.300 metros de desnivel acumulado. Casi como subir al Mont Blanc desde el nivel del mar. Más otras siete llegadas en alto y las metas en cuesta. Para hacer la carrera más atractiva, etapas con una distancia media de 173 kilómetros sin contar las cronos. Es la manera de crear espectáculo. Así le va de bien a la Vuelta, nuestra Vuelta, porque refleja la imagen de España. Excelente, por cierto.