Cuando el dinero puede más que el deporte
No seré yo quien se ponga en plan exquisito, entiendo que el deporte profesional, de máximo nivel, exige unos recursos económicos que deben generarse para su viabilidad. Disfrutamos del espectáculo único que representa y eso nunca puede ser gratis, así que son necesarios los patrocinadores, los promotores, las televisiones, el público… En fin, todo lo que gira en torno a estos grandes acontecimientos y que también permite que los deportistas se dediquen exclusivamente a la búsqueda de la excelencia. Dicho todo esto, también creo que no todo vale y las concesiones deben moverse en parámetros de coherencia y respeto a la esencia de la competición. Justo lo que no encuentro en la decisión de la FIA de conceder valor doble a una determinada prueba de Fórmula 1…
¿Por qué debe ser más rentable ganar en Abu Dhabi, o en cualquier otro escenario, que hacerlo en Mónaco, Spa o Montmeló? ¿Realmente necesita el espectáculo de esta medida tan arbitraria? ¿Qué criterios se han seguido para elegir el último gran premio y no el primero o el quinto? Muchas preguntas y pocas respuestas, básicamente porque todo se reduce a una cuestión: los promotores de Abu Dhabi han exigido este valor añadido para su carrera y lo han pagado, así que poco más hay que hablar. Lo nunca visto es posible porque los petrodólares son hoy más valiosos que la tradición o el respeto a los deportistas. Habrá que escuchar qué dicen los afectados al respecto (Vettel ya ha dejado claro su descontento) pero, independientemente de ello, estas cacicadas me parecen tan innecesarias como excesivas…