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La FIFA debe implicarse

Hace 13 años decidí fundar Foot Solidaire. Cuando era internacional por Camerún, muchos jóvenes africanos con dificultades llamaron a mi puerta y eso me empujó a este proyecto. Tratamos de proteger a estos jóvenes y prevenir un fenómeno que no sólo no se frena sino que crece de forma alarmante: el tráfico de niños en el fútbol. Nueve de cada diez niños africanos que llegan a Europa con la promesa de tener una carrera futbolística son víctimas del tráfico de menores y acaban en la calle. Detrás de esto hay gente incluso del crimen organizado.

Existen reglamentos para intentar erradicar esta lacra, pero no son suficientes. La implicación de organismos como la FIFA debe ser más grande. Además, es necesario realizar un trabajo en el terreno. Hacen falta estructuras para que los chavales puedan formarse bien en su país. E informar a las familias. Muchas, sumidas en la pobreza más extrema, están convencidas de que sus hijos ganarán más dinero jugando al fútbol que estudiando, de que serán el nuevo Etoo, el nuevo Drogba, y son estafadas por falsos agentes. Y hay que abrirles los ojos. No se trata de destruirles los sueños, sino de mostrarles la realidad. Aparte de esto, también hay que ayudar a esos niños que ya están en Europa y viven en la calle por culpa de estos desalmados. Poco a poco, organismos como Naciones Unidas o el Consejo Europeo se han unido a nuestra iniciativa, pero queda mucho por hacer...

Jean-Claude Mbvoumin es exjugador camerunés y presidente de la ONG Foot Solidaire