‘La clase del 92’: seis amigos que disfrutaban jugando al fútbol

Documental. Está a punto de estrenarse un documental espléndido, The class of 92, sobre seis amigos que acabaron convirtiéndose en estrellas de fútbol. Es la historia de seis adolescentes que crecieron en el Manchester United, obtuvieron la prestigiosa FA Cup de juveniles en el 1992 y unos años después, la triple corona, Premier, Copa y Champions con el primer equipo (1999).

Seis amigos. Este verano se reunieron Beckham, Giggs, Phil y Gary Neville, Butt y Scholes para recordar los siete años que pasaron juntos. Y resulta que tenían un secreto: eran grandísimos amigos. Iban a entrenarse con muchísimas ganas, no querían regresar a casa al acabar, jugaban para divertirse. Y, cuando ganaron al Bayern Múnich en el Camp Nou, en 1999, compartieron lo que Giggs describe, como “el momento más feliz de mi vida sobre un campo”.

Cambios. Eran aquellos años de cambio en el Reino Unido y especialmente en Manchester, convertidos ambos en el centro del universo musical (Stone Roses, Oasis) y de la moda, con el nuevo optimismo que trajo consigo la ascensión al poder de Tony Blair. Y es también la época de sir Alex Ferguson: se cuenta con detalle las diferentes maneras que tenía para decirles que no iban a jugar.

El éxito. Se descubre con fascinación como el “acoso institucional” que sufrían los nuevos al llegar al equipo (el denominado rito de iniciación) se hacía con la sensación de que estaba mal, muy mal. Ya no se permite en el club. La historia está magníficamente contada, entretenida. A los seis se les entrevista por separado y luego se les junta alrededor de una mesa. Pero quizá lo más interesante de todo es el recuerdo de la otra cara del éxito. ¿A qué no conocen a George Switzer, Raphael Burke o Andy Noone? También jugaron con ellos de pequeños, pero no llegaron. Les faltó algo: consistencia, ambición, ganas de entrenar, superación del dolor (físico y mental) o sacrificio. Y los que no lo tienen todo, no llegar. O sea, los que llegan lo tienen todo: ojalá nos acordáramos de eso cuando criticamos con ligereza a los futbolistas.

Tipos normales. Si se ve como la culminación del sueño de seis tipos normales (yes, David Beckham lo es, mucho más de lo que piensa la gente), el documental es una delicia. Pero la lección quizá sea otra: se llega mucho más lejos si se disfruta lo que se hace, si se hace con orgullo y dedicación. Así que no va solo de fútbol.