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Sin Gio ni Falcao pero con Uche

Al Villarreal sólo le faltó Giovani. Pudo jugar, porque ya se entrena fuerte. Pero se decidió no arriesgar. El parón cicatrizará su microrrotura. Sin la estrella, hubo menos calidad arriba y escasas soluciones al espacio. Bruno, soberbio, lo echó de menos. Cani, sin socio, no soportó su ausencia. Lo esperado. Lo demás maravilló como siempre. Salvo el autogol de Mario, un tic de miedo prohibido, la revelación se comportó. Jamás mereció perder y si no ganó fue por el estoque. Pereira corre, pelea e inquieta sin marcar las diferencias. Su equipo necesita más arte y si no lo tiene como antaño es por dos benditos vicios: no gasta más de lo que ingresa y despreció 5 millones de euros de subvención autonómica para destinarlos a instituciones más necesitadas. Así, con la honradez que esta crisis demanda, llegará hasta donde pueda. Europa le reclama.

Sin Gio, Perbet desatascó y Uche tiró del carro. Por sus movimientos y por ser clave en el gol. Éste nunca falla. Es el único al que El Madrigal cuestiona porque no define como debe. Forlán y Rossi no se olvidan. Y eso al nigeriano no le importa. Tiene a Marcelino como gran valedor desde que llegó a España. Y por él se parte el pecho. En el Recre, junto a él, logró subir en 2006 y acabó octavo en Primera. Y gracias al asturiano llegó al Zaragoza en 2009 a pesar de que el club, créanlo, propuso fichar a Falcao. El técnico antepuso su fe en lo conocido (que le dio gloria) al riesgo en aquello por conocer. Igual sabía ya que Falcao le duraría demasiado poco y que con Uche le aguardaba una vida a sus pies.