El pico de Blatter, Ribèry y la gestión del Cholo... son de oro
Debate de oro. La lista de 23 jugadores que optan al Balón de Oro abre debate hasta enero, cuando se sepa el veredicto. Cristiano, Messi, Iniesta y Xavi están, pero el gran favorito no es de la Liga. Ribèry es el hambre del Bayern, capaz de querer más tras haberlo ganado todo. Entra al campo tras una lesión de tobillo y hace dos goles. El líder en el césped, corre a la banda a celebrar con Guardiola para hacerle sentir que sí, que le han aceptado y asumen que cambie lo que ya parecía perfecto. A los 30 ha superado lesiones, ha madurado en lo personal, sin salidas de tono, y en lo profesional, con disciplina táctica. Ahora millonario, sin embargo, valora a un padre albañil que le apoyó cuando pensó en dejar el fútbol.
Chascarrillos. Joseph Blatter está preocupado por lo que Cristiano y Messi gastan en peluquería. No lo imaginaba materia para el presidente de la FIFA. Sí la elección de la sede del Mundial y tardó meses en darse cuenta de que en verano no se puede jugar al fútbol en Qatar. Que prefiera a Cristiano o Messi y hable de ellos es normal. Pero llamarle “comandante” o decir que “uno gasta más en su peluquero que otro” se sale del fútbol. Rectificó cuando vio el impacto mediático que provocaron sus chascarrillos.
Culpable. 250 partidos del Atlético de Madrid en competición europea y el Cholo Simeone en la banda, una victoria más. Puede cerrar la clasificación en el Calderón en la cuarta jornada. Campeón de la Europa League, la Supercopa de Europa y la Copa del Rey. Culpable del éxito de Diego Costa y la gestión de su decisión sobre la internacionalidad (por cierto, bienvenido a La Roja). Culpable de la entrada controlada de Óliver en el primer equipo. Pero los cargos no son suficientes para estar en el banquillo de los acusados de entrenadores que optan al mejor de la UEFA.
Obligado a ganar. En la lista sí está Conte. Ganó 14 títulos en 13 temporadas en la Juve como jugador. Tras dos scudetti, esta tenía que ser la temporada del regreso a la élite continental de un técnico “europeo, no típico italiano” como me dijo Pessotto en Turín. Su excompañero, ahora director de la cantera, reconoce: “No me hubiese gustado tenerle como entrenador, por su meticulosidad y rigor”. Suman dos puntos, no han ganado en Champions y ya se sabe: “Alla Juventus vincere non è importante, è l’unica cosa che conta”. (En la Juventus vencer no es importante, es lo único que cuenta). La visita del Real Madrid se vuelve clave.