Lo aseguró con firmeza Fernando Alonso nada más acabar el GP de India del pasado domingo: Ferrari luchará por estar delante en 2014, sus seguidores pueden estar tranquilos. Dicho así suena ilusionante, esperanzador, optimista… de no ser porque son ya tantas las decepciones al respecto, que cada día nos cuesta un poquito más creer en las promesas que llegan desde Maranello. La próxima será una temporada de incertidumbres, el nuevo reglamento técnico de la Fórmula 1 supone una auténtica revolución y, como tal, deja abierta la puerta a una nueva jerarquía en los grandes premios. Y la Scuderia, como bien anticipa el piloto asturiano, debería liderar esta nueva era.

Para hacerlo es necesario mucho más que buenas intenciones y dedicación, presuponiendo ambas a un equipo del relumbrón del que nos ocupa. Menos palabras y más acción, en definitiva. Ha quedado demostrado en los últimos años, los de la hegemonía de Red Bull, que en el deporte no se vive del prestigio heredado o de la tradición de un nombre de leyenda. Por eso Ferrari necesita una renovación profunda y ojalá esa nueva fábrica sea el símbolo de que el proceso ya está en marcha. Siguiendo como hasta ahora los resultados deberían ser los mismos, puesto que se cometerían idénticos errores. Hay algunos síntomas que indican que por fin son conscientes de ello, que ciertos aspectos claves se están redefiniendo y ése debería ser el primer paso para que Ferrari recupere su esplendor. Espero no tengamos que volver a lamentar que un túnel del viento ha fallado o que las evoluciones son todo lo contrario…