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Fernando Alonso nos ofrece las claves del fracaso

MadridActualizado a

Mi ferviente deseo es que Fernando Alonso pueda completar una magnífica carrera en Suzuka. El Mundial está perdido, nadie lo duda salvo un cataclismo para Vettel, pero se me hace muy cuesta arriba soportar lo que queda de temporada viendo al asturiano renqueando por los circuitos con un Ferrari agonizante. Decía yo hace sólo unos días que casi más importante que perder es cómo se pierde y una leyenda como la de Maranello no puede dejarse arrastrar al abismo de ninguna de las maneras. El fracaso ya parece consumado y ha sido el propio Alonso quien ha dado las claves del mismo, al asegurar que llevan cuatro años a un segundo de Red Bull. Tremendo, ¿no? ¿Y qué ha hecho Ferrari en todo este tiempo para evitarlo?

Porque precisamente la persistencia de ese déficit es lo más criticable. Resulta innegable que la Fórmula 1 es un deporte complejo, que nadie tiene una varita mágica para el éxito (bueno, quizá Newey sí) pero debemos coincidir en que con insistencia, trabajo y acierto los resultados deberían llegar. Tiene toda la razón Alonso al afirmar que no se pueden exigir milagros de un fin de semana para otro y yo, al menos, jamás lo he hecho. Pero es que esas cuatro temporada a las que él mismo se refiere son ¡200 semanas! Un periodo demasiado largo para tener que aceptar como un dogma de fe, sin preguntas ni dudas, que los ingenieros de rojo sean incapaces de poner contra las cuerdas a los de azul. Eso no es lo que yo esperaba de Ferrari cuando al fichar al español nos invitaron a soñar con la gloria. Así que lamento mucho que no les guste mi decepción… aunque espero que al menos la entiendan.