Al hilo del caso de Marta Domínguez, del que la Federación Española de Atletismo no quiere saber nada, no está de más recordar que esta Federación tiene otro caso pendiente: el de Ángel Mullera. La Federación no lo reconoce, porque el atleta dice que tiene justificación para combatir el asma con corticoides, pero han pasado dos meses y ese justificante no aparece. Los corticoides, aunque antiinflamatorios, también son broncodilatadores. Como los ventolines ya no cuelan, ahora se usan los corticosteroides. Inhalados no se consideran dopaje. Si se inyectan, hay un problema. Hay quien hace la vista gorda, y quien quiere llegar hasta el final. La Federación ya tiene demasiados oscuros precedentes para confiar en ella.

El último, el de Marta Domínguez. No fue suficiente que estuviera relacionada con las operaciones Puerto y Galgo, ni el informe de la Federación Internacional con las alteraciones hematológicas de la atleta, para que la abriera expediente. Albert Soler, director y después presidente del CSD, hizo frente a Odriozola en su día. Le obligó a retirar a Paquillo del equipo cuando éste se vio implicado en una operación antidopaje, y sancionó de oficio a Bezabeh después de que la Federación le exculpara pese a reconocer el atleta que se sometía a transfusiones de sangre. Ana Muñoz tampoco ha compartido la línea tolerante de Odriozola, pero ya no está en la Agencia antidopaje. Lo que vaya a suceder ahora está por ver.