Son Moix espera un entradón, a pesar del cambio de tiempo. Ese campo que tan difícilmente se llena, ni cuando lo visitan Madrid o Barça, y que ahora ve con desconsuelo a su equipo en Segunda, disfrutará hoy de la Selección Española. El partido peligró por un accidente eléctrico que hirió a tres trabajadores, y llegó a temerse la suspensión y el traslado en fecha y lugar (se habló de mañana, en Valencia o Barcelona) pero definitivamente se disputará como estaba previsto. Ahora sólo queda hacer votos por la plena recuperación de los tres operarios dañados. Y que España gane en su homenaje.

Faltan cuatro puntos para tener asegurada la clasificación para el Mundial, a salvo de restas con los dedos de goles marcados y encajados por España y Francia. Cuatro puntos a conseguir entre los dos partidos en casa, el de hoy en Mallorca, contra Bielorrusia, y el del martes, en Albacete, ante Georgia, y que me represento ya como un jubiloso homenaje a Iniesta en su tierra. Su gol nos hizo campeones del último Mundial, ahora estamos en puertas del siguiente, que ya tendríamos de no ser por aquella desdichada jugada de Juanfran en el Calderón. Desde aquello sólo fue convocado para el amistoso ante Panamá.

Pero ahora vuelve, con todos los pronunciamientos, porque ha jugado muy bien, y lo hace acompañado de otros tres atléticos a la espera de que se pueda sumar a ellos Diego Costa, cuyo caso ha animado las vísperas. Entre eso, la renovación de Del Bosque, la visita de los vampiros y el accidente en la instalación eléctrica en Son Moix se ha distraído la atención de lo esencial, el partido, los tres puntos de hoy. Del Bosque, tan prudente, lo dijo ayer: el futuro ya se verá, lo importante son los tres puntos. Para meternos en ambiente se cuenta con la respuesta del público mallorquín, que seguro que no va a fallar.