Ancelotti, entre Benzema y Morata

Ancelotti, entre Benzema y Morata

Le dice Gento a Carmen Colino que Benzema le debería echar un poquito más de sangre, y que en ese caso sería buenísimo. Muy bien. Eso es lo que se le echa en falta. Benzema tiene la condición necesaria, la calidad, pero no la suficiente. Es un jugador de técnica exquisita, "se asocia bien", como escucho insistentemente por parte de sus defensores, entre los que me gustaría contarme. Pero es pasivo, indolente. Lo parece y lo es. Morata salió un rato, no por él, sino por Isco (pecado de Ancelotti) y revolucionó: quitó, pasó, llegó al fondo, agarró un remate impresionante... Preocupó al Atlético, en definitiva.

¿Seguirá jugando Benzema? Supongo. No espero otra cosa. No sería el momento de quitarle, "porque eso sería hundirle". Nunca es el momento de quitar a según qué jugadores, cualquier momento es bueno para quitar a según cuáles otros. Benzema tiene la protección de Florentino, ya se sabe. Él mismo fue a Lyon a ficharle, él mismo perdió la compostura, un hombre tan contenido, se puso de pie en el palco y se echó las manos a la cabeza, también en Lyon, cuando marcó un gol muy bonito. Él le ha despejado el camino con el traspaso de Higuaín al Nápoles. Benzema vive bajo una cómoda sombrilla.

Ancelotti es poco amigo de contravenir al jefe, ya se sabía. Pero aquí lo que de verdad falla es Benzema, que no pone ese poquito más de sangre que le pide Gento. De pequeñitos nos enseñaban lo de la parábola de los talentos. Benzema es como aquel al que le dieron diez y devuelve cinco. Higuaín es como aquel al que le dieron cinco y devuelve diez. Dentro de los líos que tiene ahora Ancelotti, el más fácil de arreglar sería este: bastaría con que Benzema apretara, aunque sólo fuera para dar gusto a Gento, o con que Ancelotti se olvidara del jefe y se atreviera a ser justo. Dos soluciones para un solo problema.