Ancelotti nos ha salido irresoluto
Me temo que Ancelotti se está haciendo un lío. Vino con los mejores referentes y en un momento magnífico, cuando se necesitaba alguien como él, de buen talante, pacificador. Lo de Mourinho terminó por ser una bronca en carne viva. Hacía falta, ante todo, paz. Además, Mourinho se fue dejando una profunda decepción: el Barça ganó la Liga por quince puntos, el Atleti la Copa con final en el Bernabéu, y en la Champions todo se quedó en las semifinales. Es manifiestamente mejorable. Y tiene una plantilla formidable, con un Cristiano que, salvo rara excepción, te permite salir ganando 1-0.
Pero me parece que se ha hecho un lío. Desde la portería (eso de Diego López en la Liga y Casillas en la Champions “porque así las cosas estarán más tranquilas” no refleja convicción en un puesto tan determinante) hasta la punta del ataque, donde se le notan los deseos de no tocar a Benzema, el protegido del jefe, lo que le costó la irritación del Bernabéu el sábado. Y pasando por el estilo. De “el Madrid tiene que ganar dando espectáculo”, que tanto gustó, al “si se puede hacer con tres pases lo que se hace con treinta... al fin y al cabo soy italiano” media un gran trecho. Y tampoco sabe aún dónde plantar al equipo.
El ‘Madrid de la Ilusión’, bautizábamos este ciclo, con esa esperanza renovada que siempre ofrecen el fútbol y el Madrid. Pero la ilusión se cae, tanto porque se echan en falta jugadores que no se debieron ir como porque se ve al entrenador irresoluto, atrapado entre los caprichos de Florentino, numerosos y cambiantes, los gustos de la afición, su propia pulsión italiana y los egos de la plantilla. Vino con fama de complaciente, sí, pero se está excediendo. Necesita quedarse con una idea, porque esas dudas son demoledoras para el grupo. Tiene tiempo, pero de momento ha perdido mes y medio y cinco puntos.