Muñiz lleva catorce años en Primera (¡?)
Esta es de esas veces en las que se hace verdad aquello de “no se habla de otra cosa”. Muñiz Fernández, que ayer comió en Madrid y salió del restaurante por la puerta de atrás, fue abordado por AStv y no quiso hacer declaraciones. Tampoco Díaz Vega, Director Técnico y su protector (son paisanos), según lenguas afiladas. Sí las hizo Sánchez Arminio, presidente de los árbitros, en Bilbao, dejando claro que se equivocó, aunque colgando en el aire algunos paliativos: arbitrar es difícil, los jugadores engañan, no sabemos cómo estaba Muñiz, si tenía algún problema familiar...
Arbitrar es difícil, pero algunos lo hacen más difícil todavía. Si hay tres minutos de alargue, son tres minutos, y si la norma fija eso como ‘mínimo’ es en previsión de que durante el descuento se produzca algún cambio (medio minuto) o lesión (un minuto). Son cosas tabuladas, que no tienen tío páseme usted el río. A Muñiz se le fue el partido en Barcelona (tras anular mal un gol a Cala) y se le fue, mucho más, en Elche, donde además se adornó con un penalti sacado del limbo. Contra el equipo de casa, recién ascendido tras veinticuatro años, ante el Madrid, agravante histórico... Con nocturnidad y alevosía.
Muñiz lleva catorce años en Primera y pocos aficionados de España le tienen por árbitro válido. Por paisanaje con Díaz Vega o por la causa que sea, se ha mantenido en un nivel que no es el suyo hasta más allá de lo razonable. Un jugador rara vez alcanza catorce años en Primera. Tiene que ser de verdad muy bueno. El arbitraje, con su oscurantismo, sus enchufismos y su sistema de ascensos y descensos, puede prolongar carreras indeseadas, como esta. Ahora le caerá una nevera, pero el mal que ha hecho es muy grande. Los partidos del Madrid se ven en todo el mundo y lo de anteanoche fue esperpéntico.