Carta abierta a Florentino
Señor Presidente, Consumatum est. Casillas tampoco ha sido titular contra el Athletic. La destrucción de Iker, iniciada malévolamente por ese portugués, ahora en el Chelsea, y continuada por ese italiano, ahora en el Real Madrid, ha contado con el pasivo beneplácito del presidente, es decir, usted, que sigue silencioso ante la política de “delenda est Casillas” de estos dos entrenadores. Porque, si no, no me lo explico. Todos sabemos cómo fue apartado Casillas de la titularidad: primero, por rencor y venganza de Mourinho por ser el acertado bombero en el incendio que éste había provocado con el Barcelona y, luego, por la lesión que involuntariamente le causó Arbeloa (en una especie de justicia poética a la inversa, como se demostró cuando aquel, luego, apoyó al portugués, descalifi cando a su compañero y capitán en un gesto de deslealtad y falta de compañerismo). Así empezó el delenda est Casillas, si me permite Ud. parafrasear al Senado romano cuando pidió “destruir a Cartago”.
La rencorosa decisión de Mourinho —que, por cierto, con el tiempo ha tenido como daño colateral la destrucción de Adán, un buen portero de la cantera, víctima de este malvado asunto— fue aceptada calladamente por Ud., a quien vino Dios a ver cuando inoportunamente se lesionó Casillas. Y parecía que todos nos olvidábamos del origen de su suplencia, ahora obligada, por la muy correcta actuación, como se esperaba de él, de Diego López durante muchos partidos. Mientras tanto, el caballeroso y leal seleccionador nacional no se olvidó de Casillas y, consciente de lo que se estaba haciendo con él, anunció que contaba con su capitán para la Confederaciones. Por mi parte, temeroso de que Mourinho seguiría su personal vendetta con el mejor portero del mundo, le escribí a Ud. una carta con la autoridad moral que me da llevar 66 años de socio, rogándole su intervención para que, perdidas ya Liga, Copa y Champions, pudiese Iker jugar los dos intrascendentes últimos partidos de Liga, con objeto de ayudarle a coger ritmo de competición. Usted no hizo nada y Mourinho no sacó a Casillas.
Su deslealtad con Iker, señor presidente, sigue la estela de otras que ha tenido con otros iconos del club: Del Bosque o Raúl, en sus tristes salidas, a los que usted debería respetar más que nadie. En el caso de Casillas, no creo que Ud. haya nunca ignorado —y si así ha sido, no merece esa Presidencia— una norma no escrita que existe en los clubes deportivos profesionales que consiste en que un jugador titular en una plantilla que, por lesión o larga sanción pierde su titularidad, cuando retorna ya en forma se merece la oportunidad de recuperar su puesto, aunque su sustituto lo haya hecho bien. Esta norma es todavía más obligada cuando se trata de un gran profesional, capitán de su equipo y de la Selección y que fue originalmente apartado por motivos personales de un entrenador. Ahí tiene que intervenir el presidente. Cuando Mourinho no volvió nunca a poner a Casillas y cuando Ancelotti sigue la estela ignominiosa de aquel, fue y es Ud. cómplice y colaborador de la destrucción de Casillas, ese gran patrimonio de nuestro club. Y no se esconda en ese mantra de que un presidente no debe inmiscuirse en las decisiones deportivas de su entrenador ya que un buen presidente, además de gestionar la administración y fi nanzas, debe gestionar la faceta deportiva e intervenir cuando sea necesario como, por ejemplo, un portugués y un italiano perjudican sin razones al capitán del equipo. ¿Desde cuándo es Diego López mejor que Casillas? (Cuando volvió al Madrid ¡era suplente de Palop en el Sevilla!).
P.D.: ¿Qué intentó demostrar Ancelotti sacando a D. López a calentar antes del fi nal del primer tiempo en el Trofeo Bernabéu?
P.D. 2: A Casillas: rescinde tu contrato con el Madrid y vete a un club que te considere, como hizo el Schalke 04 con Raúl o la Federación con Del Bosque.