Sobre Bale y la renovación de Cristiano

Por la mañana llegaron los abogados del Tottenham al Bernabéu, no mucho más tarde mandó Adidas las botas de la presentación de Bale. Fuentes de uno y otro club confirmaron oficiosamente que ya está hecho, aunque con versiones distintas sobre el precio: 91 según el Madrid, 101 según el Tottenham. El tingladillo del otro día sigue montado en el palco, y eso que hay partido mañana, a mediodía. El Madrid dice que aún quedan flecos, pero me da que los flecos son el postureo: el anuncio, los invitados del palco, el folklore mediático. Cuidar la fachada, eso tan del Madrid hoy.

O quizá el gran problema consista en convencerle a Cristiano Ronaldo de que el suyo sigue siendo el traspaso récord: 96 millones. Porque si el propio Madrid le quita ese récord, y por un jugador menor que él (decir esto no es despreciarle) Cristiano es perfectamente capaz de diferir la renovación (ya acordada en sus cantidades) ‘sine die’. Ya se molestó cuando se enteró de que Florentino no le iba a acompañar tampoco esta vez al marrón de Mónaco, por la junta de ACS, y con él no está el horno para bollos. Su contrato está redactado, pero si las condiciones de Bale resultan mejores, se enfadará.

De ahí lo de 91 millones según el Madrid, mientras el Tottenham dice que 101. Con la contabilidad creativa de estos tiempos de ingeniería financiera que tanto daño ha hecho al mundo, cualquiera sabe. Florentino es embusterillo (“never, never, never, ¿recuerdan?”) así que todo podría ser. Existen muchos escondrijos donde disimular dinero, mucho recoveco en comisiones, porcentajes de imagen o cualquier otra cosa. Seguro que Cristiano se enterará de lo que hay. Según renueve o no la próxima semana, como estaba previsto, sabremos si el Madrid dice la verdad o el que la dice es el Tottenham.