NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

Veinte minutos valieron tres puntos

Actualizado a

El Madrid saca los puntos, pero no confirma las impresiones que dejó en la pretemporada. Ayer estuvo muy bien en el primer cuarto del partido, con esa media de jugones, tan distante de la opción que eligen otros entrenadores. Viendo aquello no pude evitar recordar el hincapié que puso Capello, en su segunda llegada, en tener a Diarra y Emerson en la media. Dos tallos para cortar, por arriba y por abajo. Frente a eso, esta apuesta por el juego elaborado me gusta. Pero al Madrid le duró el juego veinte minutos, y la gasolina se le acabó en el descanso, al que se fue con un solo gol de renta.

Luego, estuvo mejor el Granada hasta que a su vez se cansó. Pero tuvo un rato realmente bueno, en el que al Madrid se le vio mal y Ancelotti se hizo prudente: retiró a Özil para sacar a Casemiro, más sostenedor del medio campo. La cara con que se fue Özil revela bien a las claras que ya no se siente de la partida. Su actitud, ante la amenaza de Bale, es opuesta a la de Di María, Özil reacciona con despecho, Di María con esfuerzo. Son dos formas opuestas de encarar las contrariedades. A todo esto, el Granada también se cansó. Entre el nuevo equilibrio y el agotamiento del Granada, el Madrid sintió alivio.

Cansados todos, quedaba uno en pie: Cristiano. En el último cuarto del partido todo lo que pasó fue suyo. Él pedía, él arrancaba, a él le hacían las faltas, él las tiraba, o él remataba con veneno las pocas veces que escapaba a la guadaña. Un jugador superior, pero esa forma tan exagerada en que destacó (y en que suele destacar, desde que llegó) no habla bien del equipo como tal. Con demasiada frecuencia, con Pellegrini y con Mourinho, anoche, en el tramo final, el Madrid me volvió a parecer Cristiano y diez más. Esperaba algo más a estas alturas. La buena intención está, pero sólo eso.