Su último legado...
En el fútbol los homenajes tienen sentido porque la gente los hace inolvidables. Si no hay sentimiento queda la cosa queda fría y en la noche de Raúl los sentimientos estuvieron a flor de piel. En su gran noche el '7' hizo el último servicio al club de su vida: le demostró a Benzema las cualidades que tienen que adornar a un delantero que quiera conquistar el corazón de la afición más exigente del mundo. El físico puede acabar fallando, pero ver a Raúl dirigiendo el cotarro con la ilusión del juvenil que debutó en Zaragoza valió el precio de la entrada. Es una etapa cerrada porque el deporte de alto nivel es cruel, pero es fácil imaginar que en un Madrid ofensivo y dominador el oficio de Raúl seguiría significando goles. Pero eso ya es pasado: el futuro es diferente. Un futuro en el que las mejores virtudes que adornan al eterno capitán sean bandera para la institución. Si alguna vez hubo herida anoche cicatrizó para siempre para el bien del madridismo que espera el regreso del SIETE.