Raúl. Porque el fútbol sí tiene memoria
Raúl pisa esta noche otra vez el Bernabéu y más de uno se emocionará. Se trata del Trofeo Bernabéu, y con buen ojo el club ha invitado al Al-Sadd, el actual club del queridísimo delantero madrileño. Hacía falta esa presencia, esa despedida formal de un jugador de verdad mítico que se marchó de una manera fría, cosas de su presidente actual y quién sabe si vitalicio. Dos festejos le ha organizado el Schalke a Raúl antes que este del Madrid. Y eso que allí sólo estuvo dos años. Pero mejor tarde que nunca, y esta noche los raulistas agradecidos tendrán por fin la ocasión que venían añorando.
Aunque faltaría a la verdad si no dijera que he visto al club algo cicatero en esto. Convocar al equipo de Raúl le da réditos al Madrid en taquilla y en resonancia en aquella tierra, donde todo el mundo desea ahora vender y hacer negocios. Pero no veo que se haya hecho ni siquiera el esfuerzo de disimular ese oportunismo. “Es el Trofeo Bernabéu en homenaje a Raúl”, me decía Roncero cuando se enteró (él dio la primicia) pero en el cartel del partido no aparecen las fotos ni de Santiago Bernabéu ni de Raúl. En confianza, esperaba más calor, más disimulo de ese oportunismo. Mejor gusto, en definitiva.
Al menos, a la vista, o así lo pienso, de la extrañeza que AS ha mostrado los dos últimos días por esa frialdad, el Madrid mandó ayer una página de publicidad a varios medios, entre otros este. Más vale tarde que nunca. Y la aparición de Raúl ante los medios fue ejemplar, como ha sido siempre todo lo suyo. Hoy habrá un aplauso cálido para él, porque fobias de directivas aparte, el fútbol sí tiene memoria. Echando la vista atrás, la mirada se extiende nostálgica y generosa hacia sus hazañas, que son tremendas (tres Champions, entre otros méritos). Nacido para jugar en el Real Madrid.