Domenicali ha perdido credibilidad
Obviamente, no tengo nada personal contra Stefano Domenicali. Más bien me parece una persona entrañable, un buen tipo y creo que con una enorme capacidad de trabajo. Lo que ya dudo más es si su cualificación para estar al frente de un proyecto tan complejo como la escudería Ferrari es la necesaria. Y no me refiero, claro está, a su formación académica, ni siquiera a su experiencia, que ya es larga en esto de la Fórmula 1. No sé si le falta carácter, ambición o ambas cosas, pero lo evidente es que en los últimos años ha perdido la mayor parte de la credibilidad. Promete esfuerzo, dedicación, cambios y sacrificio y los resultados no llegan. Y eso, en definitiva, es lo que importa en el mundo de la competición, que desde luego no se alimenta sólo de buenas intenciones.
Estoy convencido de que Domenicali hace cuanto puede por superar la enésima crisis de la Scuderia sólo que no es suficiente. Esta semana ha vuelto a lanzar una arenga a su tropa, apelando a la leyenda de Ferrari para sacar adelante el proyecto 2013. Sus palabras invitan al optimismo, a pensar que todo es posible pero ya no nos convencen. Han sido tantas las ilusiones rotas que ahora ya sólo podemos confiar en los hechos, en realidades que confirmen que la remontada ha comenzado y que es cierto, esta vez sí, que los ingenieros del equipo han sido capaces de solventar las carencias del F138 aproximándolo al imbatible Red Bull. Siento verlo de una forma tan radical, pero es que todo lo demás ya me parece palabrería. Y me temo que no sólo a mí