Isco, en la hora de la verdad

A falta de Bale, bien está esperar con entusiasmo el debut de Isco en el Bernabéu. Las expectativas con el flamante fichaje son muy altas, apoyadas en las cosas realmente soberbias que ha firmado en la pretemporada. Isco viene a dar la pincelada del talento, a reposar el balón, pero a la vez a meterlo por la vereda imposible para asistir a Cristiano y Benzema. Todavía más: se atreverá a pisar área de Andersen en cuanto huela ocasión de gol. Ya ha destilado en el Madrid algunas gotas de las virtudes que le trajeron, y con ellas ha dado un agradecido aire elegante y mágico al equipo.  

Las virtudes de Isco tendrían mal encaje en la pizarra de Mourinho, y sin embargo en la de Ancelotti es uno de los jugadores fundamentales. Hoy ha llegado la hora de la verdad para Isco y debe confirmar que mezcla bien con Özil y con Modric, que no se estorban en la zona de creación y que provocará un efecto multiplicador de ataque con su ligera caída hacia los territorios de Cristiano y Marcelo. Isco arranca hoy con el visto bueno de la afición, ansiosa de ver a una de las mejores estrellas jóvenes del fútbol español defendiendo la blanca. Y Zidane, desde el banquillo, le bendice.