La divina sorpresa del galés

Decía Don Santiago Bernabéu que en el Madrid hacían falta dos cosas: un argentino y ningún inglés. Estamos salvados ya que el próximo fichaje estrella del club blanco es ¡galés! Pero más allá de la simpática anécdota atribuida al mítico presidente, y más allá del color de su pasaporte, los madridistas (empezando por los dirigentes) se pueden alegrar por la actitud demostrada por el futbolista del Tottenham en estas últimas semanas. Empieza a mostrar algunas de las características y todos los requisitos necesarios para fichar por el Madrid. Que es muy bueno técnicamente y físicamente lo sabíamos. Que vaya a costar un ojo de la cara también (100 millones). Pero que sea capaz de rebelarse contra el Tottenham y aguantar la terrible presión que está ejerciendo Daniel Levy, su presidente, es algo que no se presuponía.

Antes de las vacaciones de verano, se pensaba en la planta noble del Bernabéu que lo más razonable y lo más táctico era trabajar a fondo este verano para sentar unas bases sólidas y poder comprarle dentro de un año. Porque el jugador se sentía tan agradecido y tan fiel a su Tottenham que no se podía esperar ninguna ayuda de Bale. Sin embargo... ¡Divina sorpresa! Gareth ha lanzado de repente mensajes tan claros sobre su decisión irrevocable de fichar ya por el Madrid que la puerta se ha abierto. El Madrid ha metido el pie y Levy está obligado a negociar. Igual que tuvieron que hacer, en su tiempo, los presidentes de Zidane, Beckham o Cristiano Ronaldo, entre otros grandes jugadores que soñaban con poder vestir la camiseta blanca. Para venir al Madrid como una estrella hay que pelearlo. Y Bale lo está haciendo sin temblar.