En el fútbol los rumores suelen ser más fuertes que los hechos
La lógica. El regreso de Casillas a la portería del Madrid ha sido una manera de poner la lógica en su sitio. La lógica del fútbol no es del todo la de la vida, pero se le acerca. La postergación del guardameta no tuvo nada que ver con la lógica de la vida ni con la del fútbol. Fue un capricho de un entrenador que se creyó su propia película: que podía decidir lo que quisiera porque tenía el mando absoluto. Casillas en su sitio es un alivio.
Cristiano. En esa película el entrenador atropelló la lógica del club y la propia de un equipo. Generó tensiones y se acercó a la figura de quien fue capaz de protagonizar una anécdota que contó, me parece, Guillem Balagué: ese entrenador fue a un futbolista suyo, en Londres, con el cuento de que un compañero suyo andaba diciendo que era un cobarde; y luego fue al otro con el mismo cuento. El resultado fue que entre los dos aludidos se produjo una pelea. Ahora ha arremetido contra Cristiano y se ha defendido con la película de que el verdadero Ronaldo es otro. Va contra la lógica y favorece el insulto. No cambia. Cristiano le respondió en el campo. Se impone la lógica. Eso produce alivio, que no haya ganado lo excéntrico.
Abidal. Aquí se ponen en marcha muchos sentimientos. Alves se ha enfadado porque el Barça lo hizo mal con su compañero. Éste se fue disgustado. La lógica humana le rindió homenajes cuando se restableció de su grave enfermedad y volvió al campo. Después el equipo que lo había apoyado lo dejó al garete. Ilógico, innecesario y por tanto cruel. La lógica se impuso luego: el 22 quería seguir en el fútbol y lo rescataron en Francia. Y ahora (y aquí han triunfado la lógica del fútbol y la lógica de los sentimientos) lo convoca la selección de su país. Un alivio.
El rumor. Con Cesc se lanzó el rumor de que se iba al United. Se especuló tanto (parecía tan lógico) que llegó a reprochársele al futbolista que no saliera a ratificarlo o a desmentirlo. No era lógico: él no lanzó el rumor, ¿por qué habría de desmentirlo? Ahora se ha impuesto la lógica, sigue en el Barça, pero queda una evidencia: en el fútbol parece que los rumores son más fuertes que los hechos, sobre todo cuando tratan de echarle un pulso a la realidad para conducirla adonde nos da la gana. Ah, el verano, reino del rumor, enemigo de los hechos.