El alboroto que se está montando con los indicios de amaño de partidos del Racing y el Hércules enfrenta a la Federación y a la Liga de Fútbol Profesional. La Federación, de suyo renuente a entrar en estos temas escabrosos, va con pies de plomo. Por contra, Tebas, presidente de la Liga, clama una y otra vez que hay que descender a este o a otro equipo. Y defiende que la decisión le corresponde a la Liga, no a la Federación. Y así estamos a una semana del comienzo del Campeonato de Liga. Sin seguridad sobre quiénes han bajado y quiénes conservan la categoría.

Para más inri, en el fondo del cuadro está el Huesca, el equipo de la ciudad de Tebas y del que fue presidente. Los cuatro últimos fueron Murcia, Racing, Huesca y Xerez. Les tocaba, por tanto, descender. Pero el Guadalajara ha caído por irregularidades en su transformación en SAD. Eso salvó al Murcia. El Alcorcón está en grave riesgo de que le pase lo mismo (el próximo miércoles examina sus últimos alegatos la comisión delegada), lo que salvaría al Racing. El Mirandés se salvó por los pelos de perder la categoría por este mismo camino, en cuyo caso se hubiera salvado ya el Huesca.

Esos casos, los del cumplimiento de los requisitos legales para la conversión en SAD, corresponden inequívocamente a la Liga. Los presuntos tongos son materia del comité de competición. Pero Tebas, en una cruzada, por otra parte justa y necesaria, contra los amaños, quiere arrogarse el derecho de decidir más descensos, declara contra el Racing y contra el Hércules y cada vez corre más la comidilla de que aquí todo consiste en llegar hasta el Huesca para salvarlo. Mala cosa. Tebas debería medirse más, porque está creando con su vehemencia un equívoco muy serio.