Raúl siempre tuvo claro que nunca jugaría en un equipo español después de toda una vida en el Real Madrid, tal y como han hecho otros que le precedieron y educaron. El capricho de los sorteos del fútbol no quiso que visitara el Bernabéu con el Schalke, así que nos felicitamos por la estupenda iniciativa de invitar a su actual club como adversario para el Trofeo Bernabéu, el Al-Sadd Sports de Qatar. Con la misma ilusión lo han entendido los numerosos aficionados que han acudido al estadio para adquirir una entrada. Es cierto que un año más el nuevo proyecto madridista despierta mucha expectación, ya veremos si para entonces está o no cerrado el asunto Bale, que sería un aliciente más.

Aunque nada podrá oscurecer la estrella del nombre propio de esta edición del Trofeo. Raúl nunca ha querido homenajes mientras se mantuviera en activo, así que el día 22 tendrá el que se merece como rival y como jugador blanco, lo que le servirá para recuperar alguna de las mil sensaciones que tuvo en sus 16 temporadas con la camiseta del Real. Si con sólo dos años de pertenencia el Schalke le quiere ofrecer el puesto de embajador del club, me pregunto cuál debería ser su futuro en el Madrid después de tanto título, tanto gol y tanto silencio. Justo al revés que el Special One.