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En la Liga de Fútbol están alerta

En la sede de la Liga de Fútbol Profesional, ayer se recibió una llamada telefónica bastante reveladora. A la gente que se dedica en la patronal de clubes a diligenciar las fichas les llegó este llamativo aviso: "Si teníais previsto cogeros vacaciones en los próximos días, retrasadlas un poco, por favor. El pez gordo del verano está a punto de llegar". Blanco y en botella, Gareth Bale. El fichaje del galés se ha convertido en el gran reto de esta tercera etapa de Florentino como presidente. Y después de lo sucedido en los últimos años con fichajes de autor de banquillo (vía Mourinho) que no seducían a casi nadie (Altintop, Sahin, Coentrao o incluso Modric), el mandatario estaba deseando recuperar su seductora Vía Galáctica. Bale es algo más que un fichaje. Es la gran apuesta que quedaba en el mercado del fútbol mundial dejando a un lado, claro está, a los todavía inalcanzables Cristiano y Messi.

Para mí, Bale aportará mucho más de lo que pueda ofrecer Neymar en el Barça. El galés no es un futbolista de fuegos artificiales, es un jugador tsunami, un tipo que te da una sexta velocidad y un vigor físico que, junto a Cristiano, convertirá al Madrid en un equipo demoledor. La mezcla entre velocidad de vértigo, músculo, calidad, pegada y el talento incuestionable de Isco y Özil, permitirá al Bernabéu vivir cada partido como si fuese una convocatoria de la Selección Mundial. Mucha gente discutirá la cifra que se va a pagar por Bale. Pero si rinde como el gran Cristiano, nadie se acordará del precio.