Incluso el manicomio del mercado de fichajes necesita sentido común
Lógica perversa. La lógica y los traspasos son incompatibles. Los jugadores siguen siendo comprados y vendidos por decenas de millones de euros en una economía global en crisis. A pesar de eso, el mercado de fichajes parece funcionar por su propia lógica perversa. Pero no tiene sentido que el Real Madrid pague 93 millones de euros o más por Gareth Bale, ninguno en absoluto, a menos que la lógica se aplique sólo a la necesidad de Florentino Pérez de hacer un fichaje de relumbrón, uno de esos que hará que el resto del mundo se quede con la boca abierta.
Gran calidad. No se trata de cuestionar la habilidad de Bale. Elegido dos veces jugador del año, es un futbolista excepcional, que tiene la capacidad para mejorar cualquier equipo del mundo. Sin embargo, lo pongo en el contexto de los grandes fichajes de la historia del Madrid e incluso con los jugadores que se han vinculado con el club blanco este verano y cada vez se me hace más difícil justificar cómo el internacional galés podría convertirse en el primer futbolista por el que se pagan 100 millones. Hasta a sus más fervientes admiradores les resultaría difícil convencer a alguien de que Bale ha sido mejor que Cristiano en las últimas tres temporadas o que vale tres veces más de lo que el Real Madrid pagó por Xabi Alonso.
Difícil elección. La pasada temporada, a la mayoría de comentaristas imparciales les resultaba muy difícil elegir entre Bale y Luis Suárez a la hora de designar al mejor jugador de la Premier. La única diferencia importante entre ellos fue que se hizo imposible votar por el delantero del Liverpool después de su mordisco a Ivanovic.
El doble. Sin embargo, ahora nos encontramos con que Bale tiene un valor de mercado del doble que Luis Suárez, con lo cual el mercado no tiene sentido. Florentino Pérez podría justificar el pago de lo que sea necesario para firmar a Bale sobre la base de una demostración del poderío del Madrid. Pero también podría revelar algo más, podría ser simplemente una cuestión de vanidad. Incluso el manicomio que es el mercado de fichajes necesita algo de sentido común, pero parece que Florentino no la aplicará y pagará lo que sea necesario.
Atentos al Jefecito. Por otro lado, la llegada de Gerardo Martino puede retener a Mascherano en el Camp Nou, pero no hay que descartar un intento del Nápoles de Benítez, uno de sus grandes admiradores, por ficharle.