Cristiano-Ibrahimovic, ¡qué duelo!

Partido en Goteborg contra el PSG, fleco del contrato de Ancelotti. Aún sin los de La Roja ni Marcelo, lo que deja al Madrid muy expuesto en la parte de atrás. Y sin Xabi Alonso, que no estuvo en la Confecup, pero que aún convalece de una operación de pubis de cuya recuperación se esperaban plazos mejores. No va, pena, Illarra, con molestias. La pretemporada se le empieza a escurrir. Aunque aún hay tiempo para mucho, cada partido de estos que un novel cede es una oportunidad que le da a un competidor. En este caso el competidor es Casemiro, al que se le ve dispuesto a comerse el mundo.

Viaja Kaká, feliz nueva. Tras Bournemouth, donde fue suplente, no fue a Lyon, según explicó el club porque iba a someterse a un plan especial de pretemporada. Curioso, pensé. Más curioso lo veo ahora: muy especial plan es ese que dura sólo tres días. En el Madrid opaco de estos tiempos ocurren estas cosas, con tendencia al vodevil. También vuelve Coentrao, ausente de la segunda cita por problemas familiares. Nadie le echó muy en falta, y menos que nadie, pienso, Cheryshev, que se está agarrando a esta pretemporada como Casemiro. En su caso, además, opositando a un puesto nuevo.

Pero en el partido lucen, sobre todo, Cristiano e Ibrahimovic, dos genios, en especial el primero. A Ibrahimovic se le vio un punto de pelusilla ayer, cuando se apresuró tanto a aclarar que no considera al portugués el mejor del mundo. Una cosa, entre otras, les diferencia a ambos: la profesionalidad. Cristiano Ronaldo se ha entregado al fútbol con pasión, y eso incluye cada minuto de entrenamiento y cada minuto de descanso. De Ibrahimovic no se puede decir otro tanto, de ahí que, con todo lo que tiene y es, se haya quedado un poquito a mitad de camino del jugador fastuoso que pudo ser.