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Hungría 07: el día que todo cambió

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Fernando Alonso fue el fichaje estrella de McLaren para el Mundial 2007. A su lado, un debutante prometedor pero con todo por demostrar en la F-1, Lewis Hamilton. El planteamiento de la escudería de Woking no podía interpretarse como más acertado: veteranía y solvencia junto a juventud y proyección. Sin embargo, nadie fue capaz de prever la que se les venía encima, ni siquiera el promotor de ese binomio, Ron Dennis. Resultó que el novato tenía tanto talento que no necesitaba esperar demasiado para dar guerra en los GGPP y en su propio equipo. Fue así como la discordia se instaló en el box de McLaren, con el GP de Hungría, que revivimos ahora, como detonante de lo que se convertiría en la ruptura de Alonso con la escudería británica.

El asturiano llegó a Hungaroring consciente de que algo se torcía. Harto de lo que él entendía como un trato preferencial al debutante, durante la calificación le bloqueó en el pit lane impidiéndole dar la que sería su vuelta rápida. Tensión de unos, desilusión de otros y nerviosismo de todos. El episodio pudo acabar mal ese mismo día y acabó peor meses después, cuando Alonso decidió que no tenía sitio en una jaula de cristal, que no merecía sentirse ninguneado y que jamás podría triunfar enfrentándose en su propia casa a un rival tan cualificado como Hamilton y en inferioridad de condiciones. Hungría fue el principio del fin y yo lamento aquello: si la jugada le hubiera salido bien, tengo la seguridad de que sus dos títulos podrían ser hoy un par de ellos más