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Esta guerra del fútbol acabará peor

Como cada verano, tenemos ‘guerra del fútbol’. Ya saben, la tensión recurrente entre las dos sociedades que se dividen los derechos del fútbol: Sogecable, del universo PRISA, y Mediapro. Tiendo a dar la razón a Sogecable no sólo porque AS también pertenece al universo PRISA, sino porque entiendo que la tiene en mayor medida. Pero este es un conflicto ya casi tan largo y lioso como la guerra del Líbano, en el que las explicaciones son tan complejas que prefiero hacerles gracia de ellas. Digamos que la precaria paz que se firmó el verano pasado se ha vuelto a estropear. Otra vez hay divergencias.

El último ‘casus belli’ ha sido que Mediapro no honró el compromiso de hacer en tiempo y modo una auditoría que confirmara cuánto de verdad le cuestan sus equipos. Su sugerencia de nombrar a Tebas como mediador es casi un sarcasmo, porque Sogecable tiene a Tebas por extremadamente parcial en este largo conflicto y Mediapro lo sabe de sobras. Pero, con mediador o sin mediador, incluso con una buena voluntad y falta de recelo por ambas partes que ahora no existe, el problema ya es otro. La principal premisa es la que no se menciona. Y la principal premisa es que no hay dinero.

Con el último arreón, el fútbol español (Liga y Copa) pasó a costar 780 millones el año pasado y este se va a 830. Sencillamente, no da para eso, posiblemente ni para doscientos menos. Hay una cosa que se llama crisis de la que el fútbol cree poderse salvar, pero no se va a salvar. Ahora le da vueltas a la teoría de que los derechos internacionales, de que Asia, de que lo mejor es jugar a las doce o a las cuatro, de que patatín y de que patatán. Me parece que es hacerse trampas en los solitarios. Nuestro fútbol no ingresa lo que pretende, como les pasa a casi todos los sectores. Va a llegar la hora de asumirlo.