La primera crisis de Prandelli

La primera vez sin Balotelli coincide con la primera crisis de Prandelli. El luna de miel del sucesor de Lippi con la selección, empezada hace tres años, parece acabada. Nunca en estos tres años Prandelli ha encontrado tantas dificultades, ni después de la contundente derrota por 0-4 en la final de la Eurocopa hace un año frente a España. Italia había llegado a esta competición para confirmar su juego brillante y para descubrir nuevas estrellas como Cerci, el extremo derecho que podía ser la gran novedad. El balance después de los primeros tres partidos es positivo sólamente por el resultado al revés de lo que siempre ha pregonado Prandelli, que ha buscado el juego antes que los puntos. Nunca una selección italiana en su historia había encajado ocho goles en los primeros tres partidos de un torneo oficial. Nunca Prandelli había usado tantos sistemas de juego como en el último mes pasando de su preferido 4-3-3 al siguiente 3-4-2-1, pasando por el modelo español del 4-2-3-1.

Una selección concentrada casi exclusivamente sobre Balotelli, se presenta como huérfana a nivel psicológico más que técnico, por supuesto, como haría el Barça sin Messi. Italia se acerca a la posible revancha con España sin grandes novedades pero tampoco, y eso es lo más grave, sin las certezas que había encontrado en los últimos tres años. Pocos creen en una victoria sobre La Roja, que parece una milagro, aunque en el fútbol todo puede pasar en 90 o 120 minutos.